En los últimos años el diseño de oficinas ha experimentado grandes cambios. Algo que ha tenido mucho que ver con la aparición de nuevas formas de trabajo y en la manera de concebir la empresa y a sus trabajadores. El equipo de trabajo es el activo más importante que tiene una compañía y su grado de bienestar y satisfacción con ella durante la jornada laboral influyen tanto en su productividad como en el trato que ofrece al cliente, lo que al final repercute en los beneficios de la empresa.
Por este motivo, cada vez son más empresas las que ponen mayor énfasis en el diseño y la distribución de la oficina con el objetivo de que sus trabajadores realicen sus funciones lo más cómodos posible. De esta forma, han ido surgiendo oficinas modernas con espacios abiertos, acogedores, mucho más humanos y cada vez más parecidos a los propios hogares. Al fin y al cabo, los empleados pasan casi más tiempo en la oficina que en su casa. Espacios basados en la comunicación, la creatividad, la innovación y las emociones, que animen al espíritu y facilitan el intercambio de ideas y el acceso a la información de todos los trabajadores, pero que al mismo tiempo proporcionan la privacidad necesaria.
La filosofía empresarial de las compañías y sus formas de liderazgo están experimentando grandes cambios. Actualmente es habitual ver estructuras horizontales, sin jerarquías y sin barreras que supongan un obstáculo para la comunicación de las personas. La tendencia es reducir los espacios cerrados en pos de las zonas abiertas y diseñadas para la comunicación, en las que el talento, la creatividad y las ideas fluyen con total libertad.
Las diferentes modalidades de trabajo que han ido apareciendo en los últimos tiempos han hecho que la flexibilidad se convierta en una prioridad absoluta. La flexibilidad hace posible que la oficina esté viva, que los equipos cambien y que los espacios varíen en función de los diferentes proyectos. De esta forma, han surgido espacios que permiten dichos cambios en cualquier momento, adaptándose a las formaciones de nuevos equipos, a las nuevas estructuras, a las nuevas modalidades de trabajo y a la evolución de las tecnologías.
Para fomentar la comunicación, el trabajo en equipo y poner en común las ideas, la creatividad y los conocimientos de los trabajadores, las oficinas son cada vez más abiertas y los entornos de trabajo tienden a socializarse, ya que con espacios comunes o compartidos. En este sentido podemos encontrar nuevas áreas más informales como cafeterías, espacios de descanso, zonas recreativas, etc.
Además, la mayor flexibilidad y movilidad de los trabajadores ha hecho que los empelados pasen cada vez menos tiempo en un puesto de trabajo asignado, por lo que cada vez más empresas recurren a nuevas soluciones que permiten un uso más racional del espacio, que se diseña y distribuye en base a la presencia real de los trabajadores y no de su número absoluto.
Las oficinas son hoy más humanas y los espacios de trabajo se adaptan a las preferencias del equipo y a las necesidades individuales (privacidad, confort, funcionales...). La oficina se pone al servicio de los empleados, brindándoles el entorno ideal para que se desarrollen plenamente. De esta forma, además de ser funcionales, son estéticamente agradables, confortables y saludables para los empleados que trabajan en ella.
los constantes cambios en la socialización y la flexibilidad del equipo han dado lugar al diseño de elementos móviles. Pero la moviliidad va mucho más allá de los elementos. Y es que a medida que la tecnología avanza, la empresa adquiere una connotación más portátil, permitiendo a los trabajadores realizar sus funciones desde cualquier parte.
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