¿Sabías que la comodidad del trabajador es inversamente proporcional al absentismo laboral? Esto quiere decir que los espacios ergonómicos son la mejor solución para mejorar la productividad de un equipo dentro de la oficina. De esta forma, no solamente fomentamos un considerable descenso del absentismo laboral, sino también la creatividad del trabajador. Y es que de ello depende que el empleado disfrute de unas condiciones óptimas para realizar las distintas tareas que conlleva su puesto de trabajo. Si se encuentra cómodo, estaremos previniendo dolores y molestias derivadas de una mala postura, lo que sin duda repercutirá en su nivel de bienestar y en su productividad diaria.
Así pues, los muebles de oficina no son únicamente elementos que nos ayudan a decorar y plasmar el estilo y la filosofía de la empresa, sino que son una potente herramienta para que los empleados se centren en sus tareas y consigan alcanzar los objetivos propuestos. Por ejemplo, disponer de una mesa limpia y ordenada, con todos los elementos necesarios para realizar el trabajo es imprescindible para aumentar las productividad. Pero también contribuyen a ello los soportes de pantalla, las bandejas y estantes para almacenar los archivos y los objetos que permitan tener localizado el material de oficina que se utiliza con fercuencia. Todos estos sistemas de almacenaje nos ayudan a tener un espacio de trabajo más agradable y sin distracciones, proporcionándonos un buen equilibrio visual.
Mención aparte merece la silla de trabajo, ya que el trabajador pasa en ella mucho tiempo y, la mayor parte de las veces, en la misma postura. En este sentido, las sillas ergonómicas permiten que el trabajador pueda estar cómodo en base a las particularidades de su cuerpo, manteniendo una postura correcta y saludable. Si la silla es regulable, podrá además ser utilizada por cualquier trabajador sin tener en cuenta su estatura o la forma de su cuerpo. De lo contrario, el empleado terminará doblando el cuello continuamente, lo que a la larga puede causarle graves problemas.
Pero igual de importante es también la iluminación, ya que no podemos permitir que nuestro equipo trabaje en un lugar sombrío durante ocho horas. Si tenemos suficientes ventanas, podremos potenciar la luz natural al máximo, lo que además repercute en el buen humor de los trabajadores. Para ello, son muy interesantes los espacios diáfanos donde los elementos divisorios sean de cristal, de manera que evitemos también esa sensación de estar encerrado. Si no hay mucha luz natural, puede que necesitemos realizar algunas modificaciones en la instalación eléctrica para que la oficina esté suficientemente iluminada y nuestros empelados no terminen sufriendo problemas de visión debido a ello.
Por otro lado, además de los propios muebles, hay que tener en cuenta la distribución de los mismos. En la actualidad, los espacios de trabajo abierto se han convertido en tenedencia, dando lugar a oficinas dinámicas donde todo el equipo se encuentra dentro de la misma estancia. Oficinas sin barreras visuales donde todos los empleados puede comunicarse con mayor facilidad y poner en común su trabajo. Y, para la realización de pausas y descansos, se ubican zonas separadas por mamparas de oficina con el objetivo de que el trabajador pueda desconectar y volver a su puesto más relajado y con las ideas más despejadas. Lo cual también es muy útil para crear salas de reuniones o despachos para directivos que con frecuencia requieren cierto nivel de intimidad y privacidad para hablar con trabajadores o clientes.
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