No es nada nuevo que el consumo de energía en una oficina suele ser mayor que en un hogar. Además este consumo en la actualidad sigue una tendencia creciente debido al uso cada vez más afianzado en las empresas de las nuevas tecnologías. Ordenadores, tablets, smartphones, impresoras unido al uso de la calefacción en invierno y a la iluminación suponen un importante grueso de los gastos de cualquier compañía. Si a esto además añadimos que muchas firmas apuestan cada vez más por la incorporación de la domótica en sus instalaciones como puertas con de apertura automática que detectan el movimiento o dispositivos para controlar la entrada de los trabajadores,el coste puede dispararse. De hecho se espera que esta tendencia siga creciendo por lo que en consecuencia el gasto también aumentará.
Sin embargo, a pesar de ello es sorprendente constatar como todavía el 95% de las empresas españolas, especialmente los parques de oficinas no cuentan con sistemas eficientes para reducir este gasto. Es más, la mayor parte de ellas ni siquiera cumple con los parámetros mínimos de eficiencia energética. Y es evidente que deben tomar medidas para conseguirlo. Es por ello que el uso de la energía ha pasado a ser uno de factores fundamentales de competitividad en el sector de la construcción.
De hecho, se estima que si los parques empresariales llevaran a cabo cambios en su sistema de consumo de la energía, el gasto podría reducirse considerablemente como bien prueba el estudio realizado por la Oficina Javier García Breva (JGB) que tras hacer un balance de los certificados energéticos estima que entre una calificación energética G y otra A existe un potencial de ahorro de energía de un 80%.
En cualquier caso, todas las empresas tendrán que empezar a ponerse las pilas, ya que la reciente normativa exige a las empresas que empiecen a mejorar su eficiencia energética. Y ya no solamente para reducir los gastos energéticos, sino también para conseguir una reactivación del mercado, ya que estos cambios en las oficinas suponen una excelente oportunidad de actividad y empleo. De hecho la nueva legislación ha convertido la certificación energética en parte del Informe de Evaluación del Edificio (IEE). Es más, el inclumplimiento de la nueva normativa será considerada como una infracción urbanística, sancionándose evidentemente el falseamiento de los datos relacionados con ello.
Si aún no tienes tu certificado de eficiencia energética, debes saber que desde este año es obligatorio por lo que vamos a darte algunas ideas sobre como reducir tu consumo energético y conseguir que tu oficina sea más eficiente.
1. Aumentar el aislamiento por inyección en las cámaras, lo cual es muy recurrente cuando quedan descartadas otras soluciones de implementación de aislamiento. De esta forma, no necesitarás por ejemplo subir tanto la calefacción y no necesitarás tenerla encendida tanto tiempo.
2. Las instalaciones de biomasa, es decir, el uso de energías renovables que se consiguen a partir de materia orgánica y realizando sobre ellas un proceso biológico o mecánicos. Los edificios que usan este tipo de energías obtienen mejor certificado energético.
3. Evitar las corrientes de aire que enfríen el edificio en invierno y lo calienten demasiado en verano. Por eso mismo hay que contar con ventanas de calidad que no contribuyan a ello. Es por ello que los vidrios también influyen en la calificación final.
4. Colocar aires acondicionados que cumplan la normativa de eficiencia implantada en 2013 que ayudan a reducir el consumo.
No obstante, estos son sólo algunos de los factores que influyen en la calificación energética que finalmente se obtiene. El resultado será el que indique el gasto de la oficina en facturas, por lo que a mejor resultado (Certificado energético A) menor gasto en consumo de energía. ¿A qués estás esperando para mejorar la eficiencia de tu oficina?
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