Oficinas minimalistas: ¡Toma nota de estos ejemplos!
Las oficinas minimalistas son sinónimo de modernidad, vanguardia y sofisticación. Valores que vienen pisando fuerte desde hace algunos años dentro de las tendencias arquitectónicas de empresas de todo el mundo. Y es que se trata de un estilo especialmente atractivo debido a que su filosofía se centra solamente en los realmente importante, ya sea la marca o el propio producto o servicio que se ofrece. Algo que resulta de vital importancia sobre todo en aquellos sectores más competitivos, donde ser diferente puede ser la clave para tomar ventaja con respecto a la competencia.
Las oficinas minimalistas se basan siempre en la máxima: menos es más. Supone simplificar y reducir la decoración o la arquitectura a su mínima expresión, suprimiendo elementos superfluos y que puedan ser un obstáculo a nivel visual. Así pues, es habitual encontrar casi siempre colores neutros como el blanco, el gris o el negro, líneas rectas y fluidas y materiales naturales como la madera, el metal poco tratado o los suelos de hormigón.
1. Oficinas minimalistas de estilo industrial
El estilo industrial es una de las tendencias que más de moda se han puesto en los últimos años. Y es que no solamente encaja muy bien con el estilo minimalista, sino que además es uno de los pilares fundamentales del mismo. En las oficinas que apuestan por esta tendencia es habitual encontrar lámparas metálicas, tuberías, estructuras oxidadas, suelos de hormigón pulido, tonos grises y mesas colocadas sobre caballetes. Pero el cristal también es uno de los materiales más frecuentes, siendo usado incluso para separar ambientes en forma de mamparas o en escaleras. Un estilo muy sencillo que, aunque huye de la sofisticación, resulta realmente atractivo.
2. Oficinas minimalistas en blanco
El blanco es el color por excelencia de las oficinas minimalistas. En primer lugar, porque es un color que transmite pureza y en segundo lugar porque proporciona una mayor sensación de amplitud y luminosidad, lo que encaja a la perfección con los resultados buscados. Con la ventaja de que puede combinarse muy bien con cualquier color y dar protagonismo justo a los elementos que queramos, ya sean los muebles o las piezas de decoración que hayamos elegido.
3. Oficinas minimalistas con color
Si el blanco no termina de convencerte por completo, también puedes decantarte por una decoración con pinceladas de color que den personalidad al espacio o que potencien determinados elementos. Por ejemplo, por demos hacerlo en las sillas o en las mesas. Estos se combinan con colores neutros para transmitir los colores corporativos de la firma o simplemente para aprovechar todas las ventajas que estos pueden tener tanto en los empleados como en los clientes y proveedores que visiten las instalaciones. Eso sí, recuerda que lo importante que es que no quede artificial.
4. Oficinas minimalistas respetuosas con el medio ambiente
También conocidas como oficinas eco-friendly, este estilo de oficinas destacan por ser respetuosas con el medio ambiente y muy eficientes desde el punto de vista energético. En ellas se combina el blanco con el verde de las plantas y los tonos claros de la madera natural, consiguiendo un efecto encantador. De hecho, los elementos más habituales que podemos encontrar son la madera, las plantas y la iluminación natural, resultando muy cálido y acogedor. Una fuerte apuesta por la naturaleza pura y sencilla. Dos cosas que nunca pueden faltar en una oficina minimalista.