¿Sabías que el 30% de la energía que se consume en nuestro país se corresponde con los edificios de oficinas? Lo cual no es extraño debido a la gran cantidad de sistemas que se utilizan en ellos y que requieren de suministros energéticos, como la propia iluminación, las instalaciones de climatización, los ascensores o los equipos informáticos.
La cuestión es que todos ellos suponen un gran gasto para la empresa, por lo que en los últimos años han ido surgiendo muchas soluciones para hacer sostenibles los edificios y reducir la máximo el consumo energético de las oficinas. Mejorando al mismo tiempo el confort en el interior de la misma para garantizar unas óptimas condiciones de bienestar a los empleados, lo que obviamente repercute de manera positiva en la productividad, calidad del trabajo y satisfacción de los mismos.
Muchas veces pensamos que la única forma de reducir el consumo energético de una oficina es mejorando los sistemas de aislamiento, por lo cierto es que la eficiencia energética de una oficina depende de otros factores como la propia demanda del edificio, es decir, la cantidad de energía que se necesita para mantenerlo a una temperatura y a un nivel de iluminación adecuados; y al rendimiento de los sistemas que se utilizan, como lámparas o calderas. Las demandas del edificio son de calefacción, refrigeración, iluminación y de equipos, que en conjunto nos darán la cantidad de energía que se necesita para que las condiciones en el interior sean idóneas para garantizar la eficiencia de los trabajadores.
Consumo de climatización
Ya sea para calentar o para refrigerar la oficina, las instalaciones deben contar con buenos sistemas de aislamiento, usando materlaes de bajo coeficiente de trtansmición y de alta inercia térmica, como ventanas con doble acristalamiento y el aprovechamiento de la iluminación natural para evitar el consumo de energía eléctrica en todo lo posible.
Diseño del edificio
En función de la forma del edificio, podemos encontrar distintas orientaciones o un número concreto de fachadas. Tener en cuenta estas cuestiones a la hora de elegir las instalaciones de una oficina es fundamental, por ejemplo, para que entre más luz natural. No obstante, hay que evitar que sea luz demasiado directa para que el edificio no se caliente en exceso, lo que hará que tengamos que gastar más energía para refrigerarlo.
Ventilación del edificio
Este factor también es muy importante para reducir el consumo energético y mejorar la calidad del aire del edificio. La cuestión es que, cuando abrimos las ventanas, el aire de la calle no siempre está a la temperatura deseada, por lo que habrá que enfriarlo o calentarlo. No obstante, actualmente existen soluciones de ventilación que no requieren de abrir tanto tiempo las ventanas.
Así pues, es obvio que tendremos que hacer un consumo constante de energía, pero también es cierto que podemos reducirlo considerablemente aprovechando las energías renovables y las soluciones energéticas de bajo consumo, como el uso de calderas de alto rendimiento y sistemas de climatización de recuperación de calo reduce mucho el consumo. Y las anergías como la solar para calentar el agua del baño o la biomasa para la calefacción pueden ser soluciones muy interesantes.
Además, podemos apostar por la iluminación LED y aprovechar también la energía solar para la iluminación de las instalaciones. Y si necesitamos equipos informáticos que serán usados muchas horas al día y con una elevada potencia, deberemos asegurarnos de que consuman también la menor cantidad de energía posible.
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