¿Cuál es el mejor tipo de iluminación para una oficina?
¿Sabías que la calidad de la luz que recibimos cada día influye considerablemente en nuestro bienestar tanto personal como profesional? Por eso, la luz natural es tan importante en las oficinas, pues favorece la productividad de los empleados. Pero además, el aprovechamiento de la luz natural supone un importante ahorro energético para la empresa.
La cuestión es que la iluminación natural cambia de temperatura e intensidad a lo largo del día, influyendo en nuestros biorritmos. En este sentido, es muy importante que la luz artificial con la que la complementemos sea adaptada a cada momento del día. Los controles de iluminación en una empresa permiten adaptar la luz en las diferentes zonas de trabajo, garantizando de esta forma un ambiente más confortable para llevar a cabo las distintas actividades diarias.
¿Cuáles son los niveles de iluminación adecuados en la oficina?
Según diversos estudios llevados a cabo recientemente, los niveles de luz adecuados que debería tener una oficina para considerarse eficiente son los siguientes:
- Pasillos y zonas de paso: de 150 a 500 lux.
- Puestos de trabajos con labores administrativas: de 400 a 700 lux.
- Puestos de trabajos con mesas de dibujos, diseño y actividades creativas: de 600 a 1.500 lux.
- Espacios destinados a almacenamiento de documentos: de 100 a 400 lux.
- Salas de reuniones: iluminación general de 200 a 350 lux e iluminación puntual de 400 a 700 lux.
Tipos de iluminación en una oficina
Podemos dividir los tipos de iluminación de una oficina en tres: general, focal y decorativa.
Iluminación general
Es aquella en la que la luz es directa y uniforme en toda la estancia o misma zona de trabajo. Su mayor ventaja es que evita los fuertes contrastes y reduce las sombras, mejorando así el nivel de visibilidad de los empleados. Pero además, permiten llevar a cabo cambios en la distribución de los puestos de trabajo y del mobiliario de manera sencilla, sin que tengamos que preocuparnos por la iluminación. Eso sí, presenta el inconveniente de que el entorno puede parecer monótono, por lo que es aconsejable combinarla con otro tipo de luces indirectas.
Las lámparas deben instalarse en las paredes o techos técnicos, en función de si queremos luz directa o difusa. Por norma general, suelen usarse downlights empotrables, lámparas o tubos LED perimetrales que brindan una buena iluminación y son de bajo consumo.
Iluminación focal
La iluminación focal es aquella que se centra en un puesto de trabajo o espacio reducido. Una iluminación más intensa y directa que se consigue a través de lámparas de suspensión o tipo flexo que incide directamente sobre la superficie de la mesa. La gran ventaja es que proporcionan la cantidad de luz que necesita cada puesto de trabajo en función de las tareas que se desarrollan a diario. La desventaja es que la instalación en cada zona y para cada tipo de lámpara es fija.
Iluminación decorativa
Cuando diseñamos la iluminación de una oficina, es importante que tengamos en cuenta también los aspectos estéticos. En la actualidad, podemos encontrar una amplia variedad de soluciones lumínicas para lograr espacios modernos y vanguardistas, como lámparas de suspensión, de pie, lineales, etc.
Perfectas para ambientar salas de espera, zonas de recepción o salas de descanso, ya que proporcionan una luz agradable y cálida, aportando una mayor sensación de descanso y bienestar. Además, podemos colocar lámparas de diseño que confieran una apariencia más elegante y sofisticado a nuestras instalaciones. Eso sí, hay que tomar precauciones para que no ocasionen molestias visuales mediante reflejos o destellos que puedan influir de forma negativa en el desempeño de las tareas profesionales.