Uno de los grandes objetivos de las empresas modernas es que el espacio en el que trabajan sus empleados sea lo más funcional y práctico posible, de manera que todo esté bien organizado y que las tareas que se realizan sean mucho más productivas. A continuación te damos algunos consejos clave para lograrlo.
Si todavía no cuentas con una oficina o están pensando en cambiar la empresa de sitio, es importante que el lugar que elijas esté bien orientado para que podamos aprovechar al máximo la iluminación natural. Y es que, diversas investigaciones en los últimos años han demostrado que una buena cuota de luz natural aumenta la sensación de amplitud y mejora el bienestar de los trabajadores durante su jornada laboral.
En el caso de que quieras poner cortinas en las ventanas, te recomendamos que las pongas en tonos claros o que te decantes por otras soluciones más modernas para adaptar el nivel de iluminación a las necesidades de tus empleados en cada momento, como persianas.
La cuestión es que dividir el espacio de la oficina sin perder luz natural no es fácil. Especialmente cuando hablamos de una oficina pequeña o en la que no hay muchas ventanas. En este sentido, es aconsejable apostar por soluciones prácticas, como las mamparas de oficina de cristal transparente, que dejan pasar la luz al resto de las instalaciones y aprovechar al máximo el espacio.
La funcionalidad también es un elemento clave en lo que respecta al mobiliario, que deben servir para conformar espacios funcionales, prácticos y versátiles donde guardar y archivar elementos de trabajo. Por ejemplo, puedes aprovechar el espacio en vertical de las paredes colocando estanterías o elegir mesas de trabajo que tengan suficientes cajones. Además, los baños y el resto de habitaciones pueden ser un sitio ideal para guardar cosas sin que pierdan su funcionalidad usando altillos cajoneras y muebles auxiliares. Ten en cuenta que los muebles más modernos son más versátiles que los antiguos, por lo que te recomendamos elegir muebles de distintos tamaños y formas para adaptar la oficina en cada momento al uso que se le va a dar.
Lo que nunca debes hacer es saturar el suelo, ya que si colocamos en él muchos objetos o muebles dará sensación de agobio. En el suelo solamente debemos poner lo imprescindible para que se pueda caminar por la oficina cómodamente. Todo lo que pueda colocarse en las paredes o en el techo, mejor que mejor.
Para que la oficina siga dando la misma sensación de amplitud que cuando empezamos a decorarla, es fundamental que el espacio se mantenga ordenado. Recuerda que el desorden es el peor enemigo de la productividad. Por eso, hay que hacer hincapié para que cada empleado vuelva a colocar las cosas en su lugar una vez que haya terminado de usarla. Una buena forma de organizarlo todo es agrupar todos aquellos objetos que tengan el mismo uso o parecido. De esta forma, para los trabajadores será mucho más sencillo recordar dónde se encuentran y localizarlos rápidamente cuando necesiten utilizarlos.
En el caso de los archivos y documentos, lo ideal es organizarlos por cronología, es decir, aquellos que se están usando con frecuencia, los que se van a utilizar de manera temporal y aquellos que debemos archivar de manera indefinida. De esta forma, no solamente ahorrarás mucho espacio, sino también mucho tiempo.
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